viernes, 18 de febrero de 2011

Salvar a la policía

¿Qué hacer para salvar a la policía?Se dice que cada pueblo tiene la policía que quiere y que merece. ¿Qué policía merecemos y queremos en México?Por David Lee



Los policías encargados de velar por la seguridad de los mexicanos, son tradicionalmente señalados como ineptos y corruptos por una sociedad fastidiada de su ineficacia, abusos, actos de complicidad con los criminales y las omisiones que favorecen la comisión de delitos. No obstante, pocas veces son comprendidos y muchas menos reconocidos.

Si bien es cierto que la policía mexicana enfrenta, metafóricamente, un problema grave de salud, en el cual alguna parte de sus elementos están prácticamente desahuciados, resulta también cierto que no todos al interior están enfermos, que existen personas que presentan ciertos síntomas, otras tantas que son vulnerables a enfermarse y que muchas otras se encuentran perfectamente sanas.

Más allá de continuar únicamente con las críticas a los policías, como sociedad, deberíamos informarnos para conocer y comprender la situación que enfrentan y buscar, a través de las instancias de participación ciudadana, las formas de paliar sus males y, eventualmente, lograr su restablecimiento y condición de salud, para beneficio de todos.
Según datos recientes de la Secretaría de Seguridad Pública, la fuerza policial nacional se encuentra conformada de la siguiente manera:
Policía Federal: 35,386 Miembros
Policía Federal Ministerial: 3,500
Policía Estatal: 196,030
Policía Ministerial: 26,928
Policía Municipal: 165,510
TOTAL: 427,354 Policías
Estas cifras nos arrojan un promedio de casi 4 policías por cada mil habitantes, lo cual, en términos comparativos, no está nada mal; estamos al nivel de países europeos y por encima prácticamente del resto de los países latinoamericanos, incluso tenemos más policías per cápita que los estadounidenses.
Existen otros factores que, sin embargo, derrotan a la policía mexicana:
- De los 2,439 municipios, más de 400 no cuentan con policía municipal.
- El 40.5 % de los policías perciben entre $1,000 y $4,000 pesos mensuales.
- El 20.4% gana menos de $1,000 pesos al mes.
- 68.3% de los policías municipales tiene un nivel de educación básica.
- Existe un analfabetismo de casi un 2% en sus filas.
Si a esto aunamos el concepto de ineptitud y de corrupción en el que tenemos la mayoría de los ciudadanos a los policías y, encima de ello, observamos la falta de respeto y los insultos que se les profieren en cada oportunidad, el escenario donde se desempeñan estos servidores públicos no es nada prometedor.
Valdría la pena reflexionar en el hecho de que los actos de corrupción, y concretamente el delito de cohecho, lo comete tanto el que recibe, como el que otorga. ¿No será acaso que a lo largo de los años, a través de las dádivas y *mordidas* a los policías, fuimos sembrando pequeñas semillas de corrupción y que, al cabo del tiempo, crecieron y se convirtieron en auténticas plantas carnívoras? ¿Podríamos aseverar que los fuimos condicionando de cierta manera, que se convirtió ya en un estilo de vida, tanto para ellos como para nosotros?
Se dice que cada pueblo tiene la policía que quiere y que merece. ¿Qué policía merecemos y queremos en México?¿Ganaremos algo únicamente criticando y denostando a nuestra policía? Es evidente que requieren una reestructura. Se está trabajando arduamente en ella, veremos seguramente cambios de forma y fondo en el corto, mediano y largo plazo a través de los nuevos modelos policiales; sin embargo, los ciudadanos no podemos simplemente cruzarnos de brazos y esperar a que las cosas se den por sí solas. Podemos y debemos coadyuvar a su dignificación y re conformación.
Nuestra policía está enferma, no permitamos que se convierta en una enfermedad crónica y ayudemos a su recuperación, pues para contar con niveles adecuados de seguridad, es preciso ayudarla a vivir.
La fórmula requerida se llama Participación Ciudadana, con la cual, a través de comités y observatorios ciudadanos, no sólo se pueden auditar y supervisar sus acciones, pues al mismo tiempo se debe estimular a los seres humanos que se encuentran debajo de cada uniforme, mostrándoles el respeto debido al tiempo mismo de obligarlos a cumplir con su deber y misión, de acuerdo con el rol que ellos mismos han asumido para desempeñar en nuestra sociedad.
Los mexicanos queremos y merecemos una buena policía, trabajemos juntos por ella.
Para reportar a un policía "enfermo" en el Distrito Federal, tanto para denunciar policías deshonestos como para felicitarlos, debes comunicarte directamente al Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia del D.F., al teléfono 5533-5533 o en su sitio web www.consejociudadanodf.org.mx

En el resto del país, lo recomendable es denunciar ante la Secretaría de la Función Pública a través de su sitio web, www.funcionpublica.gob.mx

lunes, 14 de febrero de 2011

MUJERES POLICÍAS

A continuación dejó a su consideración un artículo de la Revista 2010 de Seguridad Pública del DF, donde se analiza el papel de la MUJER EN LA SEGURIDAD.
En este siglo XXI, en donde la mujer ha tomado el papel que le corresponde en la sociedad, representa un hito histórico para la actual Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal que haya sido la primera institución pública en nuestro país en promover la igualdad de género, ya que en 1923 surgen las primeras mujeres policías.
Su misión, como ahora, fue muy importante desde un principio, ya que estaban encargadas de la vigilancia de parques y jardines, en donde evitaban la presencia de escolares en horas de clases, combatiendo de esta forma la vagancia y las idas de “pinta”, además de los desbordamientos amorosos de las parejas en dichos lugares.
Su labor y presencia siempre ha sido bien recibida, al grado que siete años después, en 1930, las autoridades capitalinas decidieron crear el primer cuerpo femenil de policías, integrado por 69 elementos.
El grupo evolucionó y a pesar de las bajas por matrimonio o embarazo, la ciudadanía se acostumbró a la presencia femenina en diversos ámbitos de la ciudad, lo cual llevó a las autoridades del entonces Departamento del Distrito Federal a que en 1956 se le dieran nuevas responsabilidades a la policía femenina, adiestrándola para la captura de delincuentes del orden común.
El personal provenía de diversas especialidades, lo cual quedó de manifiesto aquel 1° de diciembre de 1972, cuando el gobierno inicia un programa social policial al servicio de la niñez mexicana y 1º de enero de 1972 en una gran ceremonia fueron reconocidas oficialmente dentro de la corporación 120 mujeres, 96 con estudios de trabajo social y 24 con secundaria, enfermería o normal en proceso de aprendizaje.
MUJERES POLICÍAS
La ciudad crecía al igual que las necesidades de seguridad, el Departamento del Distrito Federal a través del cuerpo de policía, ya había inaugurado su Academia en donde se les impartían diversas materias tanto tácticas como humanistas con una disciplina paramilitar. De esta forma cuando los elementos egresaban de la Academia ya habían recibido cursos de tiro, paracaidismo y equitación.
PIONERA EN EQUIDAD DE GÉNERO POLICÍA FEMENIL D. F.
Así, en 1973 egresan las primeras 25 mujeres policías para iniciar su labor en vía pública, ampliando su labor en el control del tránsito vehicular y seguridad peatonal. Cabe hacer mención que dentro de las actividades complementarias de la Secretaría de Seguridad Pública, la mujer ha tenido un papel destacado en actividades como acrobacia en motocicleta, teatro, banda de guerra, exhibiciones pictóricas y en el coro de la SSP-DF, entre otras.
En la actualidad la presencia de la mujer es cotidiana y no se presenta como un hecho aislado. La mujer policía se localiza dentro de las 70 unidades de policía sectorial, así como en los 7 agrupamientos que cubren las 16 delegaciones políticas del Distrito Federal. Es un orgullo para la corporación encontrar a una mujer en los agrupamientos que antes se consideraban vedados para ellas, como son Granaderos y Fuerza de Tarea, unidades que se caracterizan por el grado de especialización y de disciplina, en donde su participación va al parejo que los elementos masculinos. Dentro del área operativa, la mujer ha ganado terreno y ya encontramos elementos femeninos como jefes de sección, departamento, directoras de Unidad de Policía metropolitana, directoras de Unidades Sectoriales, Coordinadoras Delegacionales y ya hubo quien alcanzó el grado de Primer Superintendente.
En la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal desde el siglo pasado hasta ahora, los albores del tercer milenio, se le ha dado el lugar al elemento femenino descubriendo su potencial, recordándole que hay mil cosas que la pueden hacer sentir orgullosa de su género, entre ellas…ser policía.

jueves, 10 de febrero de 2011

Expo Seguridad México

Expo Seguridad México

Expo Seguridad México
Expo Seguridad México es la cita anual de la industria de la seguridad y la protección personal y laboral con las novedades del sector.
Lo último en biometría, control de accesos, cámaras, detección de explosivos, equipos y accesorios para guardias o sistemas de intrusión, de automatización de edificios y residencias, entre otras innovaciones, se presenta en un salón repleto de actividades académicas para sus visitantes.
Esta exposición se celebra en el marco de iMex4, un evento conformado también por México Safety Expo, NFPA México Fire Expo y Facilities México.

Próxima edición de Expo Seguridad México: Abril 12, 2011 » Abril 14, 2011

Expo Seguridad México se celebra en: México DF - Mexico
Website de Expo Seguridad México: http://www.exposeguridadmexico.com/

domingo, 6 de febrero de 2011

Facto Seguridad: Valores de la empresa

La empresa de Facto Seguridad Privada, con 16 años de vida en el mercado, ha renovado sus valores en el 2011. Su director, el Lic. Oscar Fraga, ha decidido impulsar  dentro de su plan estratégico y  política empresarial los cinco VALORES que llevarán a su personal a cumplir con las metas de este año.
1. Responsabilidad.
2. Compromiso/cumplimiento.
3. Toma de decisiones.
4. Trabajo en equipo.
5. Comunicación.

El hombre sin cabeza

Tomado del libro "El hombre sin cabeza" de Sergio González Rodríguez

En estos tiempos la venganza ocupa, en lo real y lo simbólico, un lugar protagónico. El impulso negativo se transfigura en voluntad de venganza radical a la que se convierte en un acto estético. Afirma el carácter de quien castiga por encima o por debajo de la ley. Y ostenta la capacidad de consumar representaciones o teatralizaciones criminales en el cumplimiento de las finalidades de castigo. La materia de semejantes actos es común en el crimen organizado o en el terrorismo, es decir, en la oposición institucional. Un cariz estético que busca tender un velo sobre la violencia ilimitada a cualquier costo material o humano.

En la primavera del dos mil ocho, la policía descubrió una cabeza en Monterrey, provincia de Nuevo León, al norte de México. Era la de un criminal, Erick el Gato Alvarado, ejecutado por agraviar a los traficantes de droga del Cártel del Golfo. Un grupo armado lo secuestró, lo llenó de balas, lo descuartizó y puso su cabeza sobre un coche estacionado con dos avisos. "Esto es lo que les pasa a las personas que se hacen pasar por Z, estafadores, secuestradores y ratas", advertía uno de aquellos que estaba en el parabrisas. El otro mensaje culminaba en tono sarcástico: "Y la gente, denúncielos sin temor alguno. Esta cabeza es de la Gata. Atte.El Cártel del Golfo, División Nuevo León. P.D. A los empresarios, no sean chillones, no les va a pasar nada".

En esa fechas, y en Durango, al norte del país, se hallaron cuatro cabezas humanas dentro de sendas hieleras, con un mensaje: "Ya llegamos ..." El mismo día, en otra localidad cercana, los sicarios de traficantes de droga dejaron otras dos cabezas. Días después, se reportó el hallazgo de una cabeza que fue depositada en un recipiente con hielo seco en una carretera, y luego se localizó el cuerpo de una persona decapitada que tenía una cabeza de cerdo sobrepuesta.

Antonio Rodríguez Leyva, experto en el tema de las decapitaciones en la cultura occidental, afirma que, a lo largo de la historia, la humanidad transcurre poco a poco del culto a los cráneos y la caza de cabezas asociada a éste por la vía sacrificial, a la forma laica del suplicio. La decapitación ocupa, en el contexto de las guerras religiosas, un símbolo político, que invade la escena a través de los usos del cuerpo: "La cabeza deviene metáfora de la corona y del poder monárquico. El tema de la decapitación es empleado como una imagen recurrente de la transgresión, de la revuelta y del regicidio": En la época contemporárea, en la que reina el hiperrealismo violento, se tiende a privilegiar la representación frontal de las decapitaciones en un registro que incluye el humos negro y la escatología.

En la reciente oleada de decapitaciones filmadas, fotografíadas y ejecutadas, me sorprende ante todo la mezcla de lo arcaico del gesto y lo potsmoderno de su representación: el retorno de una simbología del cuerpo característica (entre otras) de la época de las Cruzadas (en el contexto del Medio Oriente), reactivando el imaginario que se asocia a ésta.  Los ojos del decapitado se hunden en la abyección. De allí acaso que muchos de los que han sufrido tal suplicio prefieran cerrarlos. Quisiera borrar con este gesto el abismo inconmesurable que los devora. Y evocar aunque sea por un instante, en el fosfeno final tras los párpados yertos, la espiga de luz que presenciaron en algún sueño ya perdido.